Cuenta una leyenda, que todos nacemos con un hilo rojo, invisible. Atado a la persona que amaremos por siempre. Sin importar el tiempo, el lugar o la circunstancia.
El hilo se podrá estirar, contraer o enrredar. Pero jamás romperse.
Y sin importar el tiempo, o a donde nos lleve la vida, el hilo puede que se estire o que se enrede. Pero nunca se va a romper.
No hay comentarios:
Publicar un comentario