2.1.13
He querido y me han querido. Me han hecho daño, pero debo admitir que he roto corazones que no se lo merecían. Me he enamorado de quien no debía hacerlo, pero también he conocido a gente increíble. He llorado y he reído, hubo temporadas malas, horribles, pero también las hubo buenas, geniales. Aprendí a vivir conmigo misma y con los demás, a caerme y a levantarme, a aceptar las cosas como vienen y hacerles frente. Aprendí que el dolor es necesario para saber que es la felicidad, y que hay que experimentar el desamor para conocer el verdadero amor. Según como se mire puede parecer que se mucho o muy poco de la vida, pero no me importa. Porque ya no pongo precio ni valores, ni escalas ni puntuaciones a mis sentimientos. Lo hecho, hecho queda para siempre y lo que no, será aprovechado por otro, eso seguro. No necesito que me den lecciones de vida porque yo no sé las doy a nadie. Ni escapo, ni espero. Solo me muevo con el tiempo. Pero he llegado a ese punto al que llega toda mujer en algún momento de su vida, en el que se pregunta si será mejor hacerlo todo o quedarse con las ganas. Y después de todo, ¿sabéis que os digo? Que ahora mismo, prefiero pecar de puta que de monja.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario